martes, 11 de diciembre de 2012

Teorías enfermeriles: La porculina

Nadie se ha atrevido nunca a hablar de ella, pero la porculina es una molécula que nos acosa día a día. Cuando nos encontramos en una situación estresante, sobre todo cuando tenemos delante de las napias a esa personita que nos hace vomitar bilis o estamos en una clase muy, muy, muy, MUY peñazo de nuestro Señor, nuestro hipotálamo empieza a segregar porculina, la cual empieza a inundar nuestros vasos sanguíneos.

Porculina vista en microscopio electrónico
Cuando nuestros niveles de porculina en sangre rebasan los niveles normales reventamos, metafóricamente, y aparecen los síntomas propios del cabreo convencional, sobre todo la lengua suelta, metafóricamente también, la cual suele articular palabras como "Vete a tomar porculo".

La porculina suele volver a límites normales después de salir de esa clase peñazo o de decirle cuatro cosas bien dichas a esa persona tan especial. Un exceso de secreción de porculina es lo que médicamente se le llama Malfolladismo, cuyos síntomas es estar siempre de mal humor y buscar fastidiar al prójimo. La cura para el malfolladismo suele ser una buena dosis de polla vía oral o rectal, tanto para hombres como para mujeres; para ellos es un tratamiento más agresivo pero no por ello menos eficaz. También un buen tratamiento es tomarse unos días libres.

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